ESTUDIAS, TRABAJAS O TE VAS DE VACACIONES



El verano cedió el testigo al otoño, aunque este parece que no tiene mucho interés por marcharse. Con septiembre, las últimas escapadas de aquellos que dejaron sus vacaciones para el final del verano van concluyendo. Los niños han vuelto al cole, los adultos al trabajo o la universidad, a la rutina. Para muchos es un nuevo comienzo ilusionante, decididos a invertir la nueva energía adquirida durante las vacaciones en cumplir los nuevos propósitos de comienzo de estación. 

También se dejan ver aquellos que no ha encajado tan bien eso de volver a las obligaciones, su cara de fastidio y frases de frustración bien sea por el tiempo, por el aparcamiento o por el café los delatarán. Y luego quedan los raritos como yo, que continúan sin rendirse a dejar morir el verano y las eternas vacaciones, y eso que también volví al pie del cañón hace varias semanas al trabajo, pero esta vez algo ha cambiado.

Este año todo es un poco diferente, y por ello, hoy me gustaría compartir esta reflexión personal, comenzando con estas dos definiciones de la RAE:


¿Y por qué he elegido estos términos? 

Después de muchos años con una versión ni mejor ni peor, sino diferente de las vacaciones de verano, este en concreto me doy cuenta de lo equivocados que estamos en cuanto a todo lo que rodea el significado de las dos palabras, y más si vienen de la mano.

Por un lado, las vacaciones no son más que un período de desconexión del trabajo habitual, que a veces son necesarias no porque estemos cansados de nuestro trabajo, o porque no nos guste lo que hacemos cada día, sino porque te ayuda a valorar desde otra perspectiva el cómo estás llevándolo a cabo y te permite determinar qué puedes mejorar a la vuelta, cargando las pilas para dar tu mejor versión.
Para mí, con trabajos temporales hasta la fecha, en diferentes servicios y que no me gustaban demasiado, de hecho, tenía bastantes pesadillas con ellos incluso en mis días de descanso, era muy complicado asociar estos dos términos.  

Sin embargo, todo parece diferente según el cristal a través del cual miras. Este año pude valorar mucho lo que son unas vacaciones y he de reconocer que no me ha importado volver para seguir aprendiendo de mis compañeros y de mi trabajo a la vuelta, de hecho, lo estaba deseando, pero comprendí que esta palabra adquiere simplemente el significado y la utilidad que cada uno le quiera dar, sintiendo que desde casa o desde el trabajo,  en verano o en invierno, cada día vivo de vacaciones indefinidas.

Otro punto que ha cambiado y que también me gustaría compartir ha sido la visión diferente de vivir lo que si que todos socialmente conocen como "unas vacaciones, en verano", de ahí que coloque también la segunda definición. 



Las vacaciones de verano, están sobrevaloradas: “¿dónde has ido de vacaciones?” “¿has bajado mucho a la playa?” Asociamos, casi por obligación, los términos vacaciones de verano con viajes, sol, playa o piscina, fiestas, y cualquier otro evento que ocurra fuera de las 4 paredes de mi casa. Pero volvamos a la palabra con el que inicie este post, las vacaciones no son más que el cese temporal de tu actividad habitual, y si es en verano, no quiere decir más que  que ocurrió entre el solsticio de verano y el equinoccio de otoño.

Nos flipamos con esta estación, nos creamos grandes expectativas, de postureo, de mentiras, por no saber ver que la verdadera felicidad y disfrute está donde tú quieras que esté, y publico esta entrada del blog porque por primera vez en mis veintimuchos años, he disfrutado de un verano trabajando y de unas vacaciones sin tener que irme de viaje, que también lo he hecho.

El inicio de mis vacaciones se lo llevó una mudanza, a un piso nuevo, ¡MI PISO! 
Y aunque muchos se echaron las manos a la cabeza cuando se enteraron que pasaríamos parte de las vacaciones de reforma, puedo decir con mucho orgullo que he aprendido muchísimo sobre pintura, albañilería, fontanería, electricidad y si me apuras hemos tocado también algo de informática. He disfrutado cada día de la decoración y de mi casa y la he disfrutado viendo cómo la hacía cada día un poquito más mía.

Y después sí, me fui de viaje, de viaje a Mallorca.
Y en esta versión diferente de viaje también ha sido un poco diferente al concepto socialmente conocido como "viaje". He ido a Mallorca y  nos hemos conocido, por mar y por tierra.

He descubierto y probado dos parques de calistenia
He bailado salsa y bachata en  Palma.

He conocido pueblos de la Sierra que no aparecen en las fotos de Instagram.
He probado por primera vez la comida India y la Japonesa, y me ha encantado, así como he disfrutado otros tantos días de comer a base de Mercadona.

El café con helado de McDonald nos ha acompañado muchas tardes.

Pude comprobar que manejar una lancha no es muy complicado, y que lejos de la playa las medusas son mutantes.

He descubierto que cualquier momento es bueno para seguir aprendiendo.



Y he aprendido que reencontrarnos con amigos también reconforta.



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